ORÁCULO FAE - MMXX - ASAMBLEAS PAGANAS Del 3 al 5 de diciembre / virtual - presencial
Las iglesias arden y el fuego retoma la imagen pagana de euforia colectiva. La ciudad se enciende por la furia al capital, el Dios de esta cultura monoteísta que ha sometido a la masa al dominio del mercado, de la familia, del sentido de propiedad. Capital todopoderoso que en su biblia constitucional posiciona a su regimiento de seguidores como acreedores de una libertad traicionera, una promesa celestial a la que sólo puedes acceder si es que cumples el criterio de su divinidad. Podríamos decir que entre el capital y las religiones monoteístas hay muchas similitudes, por lo mismo, es clave reconocer en la constitución histórica la influencia de la religión.
El sistema monoteísta patriarcal logró instalarse y proliferar justamente por el impacto del sistema de creencias en la humanidad. Antes de la desbordada lucha de la Iglesia Católica por dominar el mundo, coexistían múltiples culturas basadas en creencias territoriales y comunales, muchas que se caracterizaban por su politeísmo, y algunas por su carácter matriarcal. Los conceptos de vida y muerte, cuerpo y sexualidad, placer y misticismo fueron pilares de estas culturas arrasadas por el patriarcado heterocristiano. A diferencia del Dios padre, creador y dominador de la naturaleza, deidades como las Grandes Madres, el Dios Cornudo, la Luna, y otras bestias semi humanas, semi dioses, eran veneradas a través de fiestas, bailes, travestismo, orgías sexuales sin discriminación de sexo o género, drogas alucinógenas, trajes de animales y representaciones simbólicas de la naturaleza. Las mujeres eran sacerdotisas, líderes espirituales, curanderas; el travestismo era una práctica sagrada para conectarse con las deidades; la sexualidad, un ritual para encontrarse en el trance místico.
Quienes fueron llamados paganos, herejes, luego brujas y hechiceros, primitivos y salvajes, no se regían bajo instituciones o gobiernos, excepto de las mismas personas que constituían a su comunidad. Se presentaron como amenaza justamente por su vínculo absoluto con el cuerpo, el cual, a diferencia de la herencia que nos ha inculcado la tradición occidental, era el medio por el cual conectarse con un misticismo transversal, el misticismo de la memoria colectiva, de la memoria universal. Esta consciencia y autonomía no coinciden con los principios monoteístas que limitan el poder a un centro, un núcleo, una fuente única e insuperable. Según esta lógica, es necesario que el poder se agrupe en un mismo eje, la ciudad, los centros de producción, la ciencia, el dinero, la familia heterosexual, la medicina tradicional, la academia, los partidos políticos, lxs fanáticxs del capital.
¿Por qué es importante comprender el poder de las articulaciones paganas en el contexto actual?
Parte de su relevancia es que el paganismo es tan diverso como los sistemas en los que se practica. El territorio geográfico, las personas que lo habitan, las ficciones que hacen sentido en ese lugar, son diferentes dependiendo el contexto. Sin embargo, coinciden en la resistencia ante un sistema único de poder y el reconocimiento de que la organización o articulación de un grupo atraviesa todos los sentidos del ser. ¿Cómo sería una constitución creada a partir de lógicas politeístas regidas por muchas fuentes de poder, basadas en la soberanía de la cultura local?.
FAE 2020 es una convocatoria a repensarse desde el paganismo como un motor constitucional. Seamos agnósticos, ateos, politeístas o monoteístas, si tu sistema de valores se resiste a la tradición patriarcal, republicana, judeocristiana, militar, heterocis, al poder ejercido haciendo uso de la violencia no solo por la institución, sino también por el dominio de una razón pre-configurada por el filtro de los vencedores, los que nos han enseñado que para vencer hay que someter a lxs demás a lo que nos parece correcto por sobre lo incorrecto, al bien por sobre el mal, a lo masculino por sobre lo femenino, la razón por sobre la emoción, a lo humano por sobre lo animal, a lo productivo por sobre lo natural; entonces, busquemos en los secretos del trance que nos presenta la sexualidad pagana, para encontrarnos con lo que las brujas, les hermafroditas, maricas, lesbianas, berdaches, nadles, chuckchi, mochicas, dóricos, celtas, omasenge, bantu, kwanyama, tsecats, yucatecas, shintos, wiccas, y muchas otras culturas que han experimentado la magia y el erotismo para comprender la vida, la muerte, el mundo y la sexualidad, y a partir de esto decidir cómo organizarnos.
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